Cosas de hombres
¿Qué sucede realmente bajo los espectaculares pasos de Semana Santa andaluces? ¿Cuáles son las "posturas soeces" y las "situaciones incómodas" que hacen que dos mujeres no puedan participar como costaleras en la procesión de Córdoba? ¿Qué hacen ahí debajo los quince o veinte tíos que avanzan amontonados como anchoas, aguantando horas y horas las figuras religiosas? Claro, tantas horas juntos, ensayando, después compartiendo los finos y las cervecitas, todo eso mezclado con la voluptuosa religiosidad popular... La temperatura erótica tiene que ir subiendo minuto a minuto... Seguro que la tentación sería irresistible y ni el Cristo del Gran Poder podría evitar escenas tórridas si metemos un par de mozas justo en medio de aquella concentración de testosterona y sudores: empezando por pensamientos y tocamientos obscenos, puede acabar fácilmente en una orgía justo debajo de las imágenes religiosas, que se mecen con movimientos rítmicos y ondulantes de lo más sugestivo... Hacen bien los cofrades y el obispo al prohibir que dos mujeres participen en la procesión como costaleras. ¡Dos pecadoras menos! Porque dos almas débiles y descarriadas que quieren meterse en cosas de hombres, seguro que tienen una propensión natural al pecado y al vicio...
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