Los miedos del futuro
EL PAIS ofrece hoy un duro reportaje sobre la crisis industrial en el norte de Portugal. Parece a primera vista una crisis del pasado, de esa vieja Europa proletaria de grandes y humeantes fábricas (al estilo “Full Monty”, para ponerlo en imágenes) que estamos sustituyendo por una Europa de hermosas factorías de acero y cristal donde se refleja el más azul y prometedor de los cielos. Pero lleva dentro el ADN de las crisis del futuro, de un mundo donde el trabajo y la riqueza se mueven con gran facilidad y la gente se pone en marcha para seguirlos. No hay mucha diferencia entre lo que mueve a estos portugueses a buscar trabajo en España y lo que estimula a tantos africanos o latinoamericanos a buscarse la vida a aquí, saltando todas las barreras. Estamos aprendiendo a “marcharnos”, algo que, por otra parte, la humanidad ha hecho siempre. Pero no sé si estamos aprendiendo igual de rápido a que “vengan”. Con los portugueses no hay problema, son de la familia. Mientras aquí vayamos sobrados, claro.
Sólo un dato añadido y una lectura derivada: Portugal tiene unos 10 millones de habitantes y unos 5 millones de emigrantes. ¿Dónde empieza y acaba un país? ¿Cuáles son sus fronteras? Interesante cuestión en tiempos de nacionalismos agitados (centrales y periféricos) que sólo ofrecen viejas respuestas a los miedos del futuro.
Sólo un dato añadido y una lectura derivada: Portugal tiene unos 10 millones de habitantes y unos 5 millones de emigrantes. ¿Dónde empieza y acaba un país? ¿Cuáles son sus fronteras? Interesante cuestión en tiempos de nacionalismos agitados (centrales y periféricos) que sólo ofrecen viejas respuestas a los miedos del futuro.
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