ZP: missing
Reconozcámoslo. Si Aznar hubiera hecho lo mismo, le estaríamos poniendo verde. Los líderes de un país, en situación de guerra, y ésta lo es aunque nunca hemos querido reconocerlo, no desaparecen en estos momentos ni envían al ministro de turno a sacarles las castañas del fuego. El presidente Zapatero, a quien este blog le he dado a menudo su modestísimo apoyo, está fallando en su reacción frente al salvaje bomba de Barajas. Ya imagino que está tocado, que la estrategia y la táctica recomiendan mucha calma y serenidad y no dar pasos en falso ni hacer regalos a esta tropa de fariseos que son la más desleal oposición a que ha visto nunca una democracia seria... Imagino también que escucha las voces de estrategas que le dicen que salga de la primera línea de fuego, pero justamente ésta es la que le corresponde, porque presidente sólo hay uno y se llama José Luis Rodríguez Zapatero. Es precisamente en momentos trágicos como éste cuando se forjan los liderazgos más fuertes. Conste que me duele tener que escribir eso, pero me comprometí a ser sincero y honesto en este blog: a estas alturas, a mí me cuesta mucho ver ahora este liderazgo ...
Hizo una rueda de prensa correcta, en la que intentaba ganar tiempo e incluso intentó salvar el proceso de paz que ya era insalvable. Aquí la suya fue una reacción impecable: no tenía que salir a la tele 5 minutos después de la bomba, sino cuando tuviera la información necesaria. Otra cosa es que ya a aquellas horas, el proceso de paz estaba herido de muerte. El verbo "suspender" y las reiteradas negativas a dar por cerrado el proceso serán un lastre que el presidente y el gobierno arrastrarán mucho tiempo.Después de eso, ZP desapareció. Dicen que en Doñana, como si eso fuera una huida: es una explicación envenenada, porque no importa si está en Doñana o en la Moncloa, lo importante es la reacción. El problema es que la posición del gobierno se fue endureciendo y rectificando de una forma extraña, a través del diario El País, de Pepe Blanco y del ministro Rubalcaba, que está dando la talla brillantemente como ministro. El problema es que Rajoy, Gallardón y Aguirre, fueron de visita a Barajas antes que Zapatero: fueron precisamente por eso, para poder decir que estuvieron antes que el presidente. Patético… Pero, claro, a algún estratega monclovita acaso le daba miedo el pie de foto de una imagen de ZP al lado de un montón de escombros, ¿verdad? Un pie de foto malicioso, de este estilo: "ZP al lado del resultado (o de las ruinas) de su política". Qué le vamos a hacer: este pie de foto es inevitable, pero se puede contrarrestar de muchas maneras ... Suerte que finalmente empezó a rectificar ayer y fue a visitar a las familias de las víctimas, en un gesto valiente, político y humano que le honra.
No todo está perdido, sin embargo. Sólo faltaría. Hay que corregir el rumbo, sin duda, sin regalar nada al primer partido de la oposición (el primero en número de diputados y el primero en deslealtad), que no aspira a otra cosa que a que ZP se ponga de rodillas, reconozca que la única política antiterrorista posible era la del PP, pida humildemente perdón y después se vaya para dejar paso a los que de verdad saben de gobernar (ellos prefieren "mandar"), que son los que lo han hecho con naturalidad toda la vida…
Hay margen político suficiente para rectificar: el margen lo concede el apoyo de una amplia mayoría de ciudadanos y ciudadanas que estamos dispuestos a dar apoyo a una rectificación juiciosa, modesta, que no tenga miedo de reconocer errores ni de pasar página, que no confunda la firmeza con el garrotazo y que no cierre las puertas a un futuro lejano, en un escenario radicalmente diferente y con unos terroristas y asociados mucho más derrotados, en el cual por fuerza habrá que hablar de cómo de pone punto final a tanto horror y tanto error y de cómo construimos la paz que nos merecemos.
El intento de diálogo que se ha hecho valía la pena: el País Vasco, por ejemplo, no había conocido nunca tanto tiempo seguido en paz. Seguro que ahora mucha gente entenderá mejor cuál es el único camino posible... Valía la pena que no hubiera muertos durante tres años, aunque los terroristas y sus vasallos nos han engañado y han desperdiciado la oportunidad. De ello podemos sacar provechosas lecciones… Valía la pena también dejar al descubierto la profunda hipocresía del principal partido de la oposición, la infame utilización de una parte de las víctimas del terrorismo, el venenoso e indigno comportamiento de muchos medios de comunicación... Esta santa alianza nos ha tomado en todos por bobos desde aquellos días del 11-M en qué empezaron a encadenar una mentira con otra: desde entonces no han parado.
En el otro lado de la balanza, hay un intento digno, representado por un presidente digno y honesto, de tratar y gobernar a los ciudadanos como ciudadanos. De respetar todos los derechos y todos los deberes y de ampliarlos. De crecer democráticamente. De ampliar las libertades. De ventilar el clima enrarecido de una determinada España, haciéndola más cómoda para todos, más respetuosa con la diferencia. No seré yo quien aplauda el culto ni la adulación a ZP: ha tenido errores y aciertos, afortunadamente es humano. Prefiero personas como él que falsos dioses como Aznar o González. En estos años ha sido digno del clamor que escuchó la noche electoral ("no nos falles", "el poder no me cambiará") y no ha fallado a las esperanzas depositadas en él. Es precisamente ése el momento y el clima que debe recuperar, porque allí se encuentran las fuerzas y la guía que necesita para estos días dramáticos. Le esperamos…
Hizo una rueda de prensa correcta, en la que intentaba ganar tiempo e incluso intentó salvar el proceso de paz que ya era insalvable. Aquí la suya fue una reacción impecable: no tenía que salir a la tele 5 minutos después de la bomba, sino cuando tuviera la información necesaria. Otra cosa es que ya a aquellas horas, el proceso de paz estaba herido de muerte. El verbo "suspender" y las reiteradas negativas a dar por cerrado el proceso serán un lastre que el presidente y el gobierno arrastrarán mucho tiempo.Después de eso, ZP desapareció. Dicen que en Doñana, como si eso fuera una huida: es una explicación envenenada, porque no importa si está en Doñana o en la Moncloa, lo importante es la reacción. El problema es que la posición del gobierno se fue endureciendo y rectificando de una forma extraña, a través del diario El País, de Pepe Blanco y del ministro Rubalcaba, que está dando la talla brillantemente como ministro. El problema es que Rajoy, Gallardón y Aguirre, fueron de visita a Barajas antes que Zapatero: fueron precisamente por eso, para poder decir que estuvieron antes que el presidente. Patético… Pero, claro, a algún estratega monclovita acaso le daba miedo el pie de foto de una imagen de ZP al lado de un montón de escombros, ¿verdad? Un pie de foto malicioso, de este estilo: "ZP al lado del resultado (o de las ruinas) de su política". Qué le vamos a hacer: este pie de foto es inevitable, pero se puede contrarrestar de muchas maneras ... Suerte que finalmente empezó a rectificar ayer y fue a visitar a las familias de las víctimas, en un gesto valiente, político y humano que le honra.
No todo está perdido, sin embargo. Sólo faltaría. Hay que corregir el rumbo, sin duda, sin regalar nada al primer partido de la oposición (el primero en número de diputados y el primero en deslealtad), que no aspira a otra cosa que a que ZP se ponga de rodillas, reconozca que la única política antiterrorista posible era la del PP, pida humildemente perdón y después se vaya para dejar paso a los que de verdad saben de gobernar (ellos prefieren "mandar"), que son los que lo han hecho con naturalidad toda la vida…
Hay margen político suficiente para rectificar: el margen lo concede el apoyo de una amplia mayoría de ciudadanos y ciudadanas que estamos dispuestos a dar apoyo a una rectificación juiciosa, modesta, que no tenga miedo de reconocer errores ni de pasar página, que no confunda la firmeza con el garrotazo y que no cierre las puertas a un futuro lejano, en un escenario radicalmente diferente y con unos terroristas y asociados mucho más derrotados, en el cual por fuerza habrá que hablar de cómo de pone punto final a tanto horror y tanto error y de cómo construimos la paz que nos merecemos.
El intento de diálogo que se ha hecho valía la pena: el País Vasco, por ejemplo, no había conocido nunca tanto tiempo seguido en paz. Seguro que ahora mucha gente entenderá mejor cuál es el único camino posible... Valía la pena que no hubiera muertos durante tres años, aunque los terroristas y sus vasallos nos han engañado y han desperdiciado la oportunidad. De ello podemos sacar provechosas lecciones… Valía la pena también dejar al descubierto la profunda hipocresía del principal partido de la oposición, la infame utilización de una parte de las víctimas del terrorismo, el venenoso e indigno comportamiento de muchos medios de comunicación... Esta santa alianza nos ha tomado en todos por bobos desde aquellos días del 11-M en qué empezaron a encadenar una mentira con otra: desde entonces no han parado.
En el otro lado de la balanza, hay un intento digno, representado por un presidente digno y honesto, de tratar y gobernar a los ciudadanos como ciudadanos. De respetar todos los derechos y todos los deberes y de ampliarlos. De crecer democráticamente. De ampliar las libertades. De ventilar el clima enrarecido de una determinada España, haciéndola más cómoda para todos, más respetuosa con la diferencia. No seré yo quien aplauda el culto ni la adulación a ZP: ha tenido errores y aciertos, afortunadamente es humano. Prefiero personas como él que falsos dioses como Aznar o González. En estos años ha sido digno del clamor que escuchó la noche electoral ("no nos falles", "el poder no me cambiará") y no ha fallado a las esperanzas depositadas en él. Es precisamente ése el momento y el clima que debe recuperar, porque allí se encuentran las fuerzas y la guía que necesita para estos días dramáticos. Le esperamos…
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