El mercado de Sarajevo

Al principio tuvo la sensación de que cambiaba unos Balcanes por otros. Luego se tranquilizó y advirtió que todo aquel ruido era sólo eso, ruido, porque España había dejado atrás su particular tendencia al baño de sangre y porque, si algún día falla la vacuna de la memoria, estamos anclados en Europa, bendita sea, que nos pone a salvo de nuestros demonios particulares. Sin embargo, sus oídos no se acaban de acostumbrar a tanto exabrupto, a tantas barbaridades… No puede dejar de olvidar cómo empezó todo en su país, más o menos igual… Aunque nunca pudieron disfrutar de la cristianísima COPE, algo que Yahveh y Alá les ahorraron en su ya suficientemente dramático calvario. Dios aprieta, pero no ahoga.
Boban Minic, claro, no puede resistirse a fijar la comparación: "La balcanización mediática de España es peor que la que sufrió Yugoslavia".
Usamos, curiosamente, la expresión "balcanización de España" cuando nos referimos a la peligrosa espiral iniciada por Milosevic, Karadzic y sus alegres muchachos en los ochenta, y que acabó en la peor experiencia de guerra y genocidio que ha conocido Europa desde los tiempos de Hitler, Mussolini y Franco. Véase, si no, la alegría con que Aznar y sus muchachos abusan de la expresión.
Pero, con nuestro sangriento currículum, no veo qué necesidad tenemos de buscar paralelismos balcánicos. Los Balcanes siempre nos han pillado un poco lejos: hemos pasado siglos ensimismados con "lo nuestro". El auténtico peligro tiene otro nombre: es la "españolización de España". No hay que buscar fantasmas ni demonios en "el extranjero": tenemos los nuestros en el armario, todavía por enterrar. Al alcance de la mano… Boban Minic lo sabe y seguro que eso de vez en cuando le quita el sueño.
La foto que hoy acompaña a este blog, la matanza del mercado de Sarajevo, nos recuerda, precisamente hoy domingo -cuando los dueños de la COPE ofician misas en memoria de un profeta que predicaba paz, amor y perdón- otro misterio de transubstanciación: la transformación de las palabras en sangre.
1 comentario:
Amic Joan,
los que hemos tenido la suerte/desgracia de estar en una guerra o en un conflicto de este tipo nos retorcemos de rabia cuando escuchamos a los que comparan nuestra realidad con la de los balcanes. No comprendo ese afan por retrotraernos a ese mundo, parece que lo deseen, incluso que lo quieran provocar.
os invito a leer IGOR
un abrazo
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