Gibraltar y el "españolismo genital"

Es en verdad un grave problema que aqueja a muchos patriotas: su patriotismo es tan grande que la patria les queda pequeña. Intuyo que hay por ahí un montón de estos bravos patriotas llorando al ver el primer avión de Iberia (tan española) tomando tierra en el aeropuerto de Gibraltar (tan británico). Un pequeño paso hacia una mínima esperanza de normalidad: puro sentido común.

Iberia (la península, no la compañía aérea) es más compleja de lo que supone el españolismo de garrote y tentetieso, estrechamente vinculado a los genitales. Portugal es una de las piezas que no encaja: de ahí que sea mejor olvidarlo, como si no existiera. Aunque el capitalismo español haya entendido ya que nuestros vecinos pueden ser buen negocio... Gibraltar es otra anomalía: resulta que el territorio es España por tierra, mar y aire, pero los gibraltareños no están dispuestos a ser españoles por cojones. Perdonad la expresión, pero es técnicamente imprescindible para describir el fenómeno. Y para qué hablar de la extraña tribu de los vascones o de los catalanes, o de algunos gallegos (ay, esos abuelos…) que no entienden que ya es bastante diversidad la amplia gama disponible de orujos, quesos, meigas, mariscos, queimadas y gaitas.

En Gibraltar hay una de las claves del futuro de España. Para ellos, los gibraltareños, y para el resto de ciudadanos que el "nacionalismo genital" considera que no somos otra cosa que periféricos descarriados. Hay que hacer, efectivamente, aunque en otro sentido, una España más grande para que sea más una y más libre. Esta es la gran lección de nuestra historia, aún no aprendida. Para que quepamos todos. Ese día Gibraltar será español.

Un ejemplo de "nacionalismo genital" lo tenemos a nuestro alcance en "El Semanal Digital". Título de la noticia: "Gobierno e Iberia consuman la vergüenza de Europa para risa de Londres". Creativo y estimulante, sin duda. Directo a las gónadas. El texto, curiosamente, en un tono bastante neutro. Qué decepción.